EDUCAMOS PARA LA LIBERTAD
La libertad de la persona es uno de los objetivos esenciales de toda educación. Por eso, la escuela debe ser testimonio y educadora de una libertad que tiene una dimensión comunitaria y trascendente.
Queremos educar para esta libertad, y por tanto, los educadores de nuestra escuela nos proponemos:
- Actuar como personas libres y con convicciones profundas.
- Crear un clima de diálogo que favorezca la convivencia y la libre expresión.
- Iluminar con nuestra acción educadora el concepto claro y auténtico de libertad, para que los alumnos actúen por convicción propia.
- Favorecer, mediante la estructura participativa de la escuela, la asunción de responsabilidades según niveles y edades, preparando a los alumnos para la aceptación de responsabilidades sociales, cívicas y políticas.
EDUCAMOS PARA LA SOLIDARIDAD
En la acción educativa subrayamos la necesidad de valorar y enriquecer las relaciones interpersonales, sin olvidar que la persona se inserta en un mundo de dimensiones cada vez más amplias y en el que los cristianos podemos hacer un aporte propio con espíritu de fraternidad y de servicio a la causa del amor y de la paz.
Por eso pretendemos que nuestros alumnos:
- Se sientan llamados a compartir los problemas, las preocupaciones y el afán de superar el mal que hay en el mundo.
- Comprendan que la solidaridad auténtica se traduce en la aportación del propio trabajo y del esfuerzo personal con generosidad y espíritu de servicio.
- Orienten su vida con realismo y esperanza, abiertos a la colaboración con todos los que luchan por construir una sociedad más humana.
- Asuman un compromiso social para hacer de la convivencia entre los hombres una relación pacífica, fraterna y comunitaria.
EDUCAMOS PARA LA JUSTICIA
La justicia es una exigencia de la dignidad y de la igualdad entre los hombres como hijos de Dios, y la educación para la justicia es fruto de nuestra opción al servicio del hombre.
Por eso proponemos:
- Provocar la reflexión crítica sobre:
Nosotros mismos, para descubrir en la propia vida las raíces y causas de las injusticias personales. - Las realidades injustas existentes en nuestra sociedad, para evitar la manipulación o complicidad de las injusticias a través del silencio o la indiferencia.
- Capacitar a las nuevas generaciones para que sean agentes del cambio permanente y orgánico que requiere la sociedad de América Latina.
- Favorecer un compromiso que asuma los anhelos y esperanzas de justicia de los más pobres para que la “justicia tan largamente esperada” sea una realidad en nuestra nación y continente (L.P.N.E.).
ESTILO DE ENSEÑANZA
LA CATEQUESIS EN NUESTRA ESCUELA
Apoyadas en la convicción y el ejemplo del P. Palau adoptamos en nuestras escuelas la formación catequística en un marco de libertad y respeto:
“Pudiendo yo elegir otra forma para la predicación del Evangelio
he adoptado el Método Catequístico” (Carta 15)
La catequesis debe ocupar en nuestras escuelas un lugar privilegiado de formación de la persona. El desarrollo de programas, ofertas formativas, celebraciones, oración, testimonio de vida, nos ayudarán a hacer presente al Señor Jesús: el Maestro por excelencia.
Asumimos los criterios teológicos de la Iglesia en Latinoamérica para la formación catequística:
- Comunión y Participación: la catequesis tiene como misión la construcción de la comunidad (DR 992).
- Fidelidad a Dios:que se expresa como fidelidad a la PALABRA dada en Jesucristo (D.P. 994).
- Fidelidad a la Iglesia: la catequesis edifica la comunidad y construye los cimientos de la Iglesia (C.T. 15).
- Asumimos los desafíos de la Nueva Evangelización: en su empatía, en su método y en su expresión; desafío que se manifiesta en la “cultura juvenil emergente”; en la evangelización de los adultos; en las múltiples cosmovisiones presentadas por los Medios de Comunicación Social, etc.
En nuestro centro educativo la catequesis debe iluminar las situaciones humanas y los acontecimientos de la vida para ayudar a descubrir en ellos la presencia de Dios, encarnado en nuestra historia (Mcd. VIII, 7).
Debe llevar a un proceso de Conversión permanente y acompañar el itinerario catequístico permanente que todo cristiano debe recorrer para llegar a la madurez de la fe (C.T. 20).
Nuestra catequesis debe hacer conocer la Palabra de Dios mediante su proclamación, reflexión y estudio de la Biblia; celebrar los Sacramentos y testimoniar a la vez que estimular el Compromiso de vida (C.T. 27). En una palabra ACOGER, CELEBRAR y SERVIR.
LOS CRITERIOS PEDAGÓGICOS
Buena parte del trabajo que realizamos en la escuela se dirige al enriquecimiento del ámbito del conocimiento del alumno, como una forma de perfeccionamiento de su personalidad total.
Al despertar en los alumnos la inquietud por la búsqueda de la Verdad, les facilitamos el acceso al Saber y favorecemos la interpretación y valoración de la realidad, la inserción crítica en el contexto socio cultura y el ingreso en el mundo del trabajo.
Con este criterio damos especial relieve al trabajo intelectual y promovemosque cada alumno llegue al máximo de sus posibilidades en esta dimensión. En nuestra acción educativa tenemos en cuenta que el acceso al saber solo se traduce en auténtico enriquecimiento de la persona cuando reúne determinadas condiciones:
Por eso:
- Procuramos que las propuestas de aprendizaje respondan a los intereses de los alumnos, tengan conexión con sus experiencias personales y den respuestas a los interrogantes que ellos mismos se formulan.
- Entendemos que la visión estática de los acontecimientos, que la acumulación de datos sin sentido y la parcelación del saber, más que facilitar, dificultan el proceso del desarrollo intelectual.
- Pretendemos que lleguen a ser capaces de resolver cuestiones y situaciones cada día más complejas a través del enriquecimiento progresivo y evolutivo de sus esquemas conceptuales.
- Fomentamos el desarrollo de aptitudes intelectuales, el aprendizaje de técnicas de estudio y el crecimiento de aquellas capacidades que preparan a los alumnos para el acceso al saber a lo largo de toda su vida.
- Elaboramos un programa de “Formación Personal” para acompañar en el conocimiento personal, en el descubrimiento de los dones y limitaciones así como en la posibilidad de superar dificultades y de desplegar todas sus capacidades.
- Fomentamos el interés por el trabajo individual que motiva el autoestima, la autonomía, y el esfuerzo constante que ayuda al alumno a avanzar en su proceso de aprendizaje.
- Acentuamos la dimensión social del proceso educativo, favoreciendo el trabajo en equipo y, a través de él, la cooperación y la solidaridad.
De esta manera, a través de nuestra acción docente, Educamos en la formación y el crecimiento del pensamiento constructivo y creativo.
DISEÑO DE AUTOEVALUACION
Un diseño de autoevaluación adaptado a la realidad de nuestra escuela nos permite verificar el nivel de calidad de la acción educativa y la adecuación de nuestra propuesta educativa a las necesidades de la época y de los alumnos, actualizando en forma constante el Proyecto Educativo.
El diseño de autoevaluación es aplicable a los diversos campos de la vida de la escuela y nos permite conocer las necesidades de los alumnos, del medio, de los docentes, de la comunidad eclesial a la que se pertenece, etc..
Incluye las siguientes fases:
- La exploración inicial, que nos indica la realidad desde la que partimos;
- La concreción de la meta que nos proponemos como objetivo en un momento determinado;
- La identificación de las diversas alternativas que nos pueden ayudar a alcanzar los objetivos propuestos;
- La selección de los métodos, estrategias y actividades que pueden hacemos avanzar más rápido y de la manera más segura según las diversas circunstancias;
- La verificación experimental del camino recorrido y de las dificultades que han surgido para poder diagramar propuestas superadoras.
Todos los aspectos y dimensiones de la vida de la escuela y del proceso educativo son, en algún momento, objeto de evaluación: el plan de estudios, el trabajo docente, la organización escolar, los órganos de participación, así como los diversos ámbitos del crecimiento y maduración de los alumnos, es decir, los aspectos cognoscitivos, afectivos, sociales, maduración de la fe, etc.
La aplicación del diseño de autoevaluación es un estímulo constante que asegura la calidad del servicio que se presta.